domingo, 6 de septiembre de 2009

El último deseo del chocolate

La historia de este post muy pronto celebrará su quinto aniversario.

Al mes de haberme separado de mi ex esposa, conocí a una chica guapísima quien luego de varios meses de insistir y buscarla, fue mi enamorada. Pero durante el cortejo hubo un momento en el que ella me choteó al saber que aun estaba casado. Me dolió. Ella no quería complicarse la existencia estando con un hombre casado (así esté separado) por que salía de una relación y quería que la próxima sea más seria y con proyección.

La última vez que salimos antes que eso suceda, tuvimos una cena muy bonita. Yo le regalé un chocolate de esos grandes con castañas y cuando fuimos a su casa a dejarla, lo olvidó en mi auto. A los pocos días me dijo por email que prefería que no sigamos viéndonos y que le costaba decírmelo personalmente. Yo tenía que decirle de alguna forma que soy un hombre serio y que quería algo serio con ella. Osea debía marketearme, y se me ocurrió escribirle el siguiente email:

En una tierra lejana…..muy lejana…….

Un chocolate hermoso, delicioso y sentimental de propiedad de una mujer audaz, inteligente y ESPECTACULAR en todo sentido, se siente muy triste porque está encerrado y no puede dar ni entregar el placer para el cual fue creado. También está infinitamente agradecido al hombre que lo custodia con tanto esmero y cuidado que tiene con él, para que no se dañe y no se lo coman (y él mismo no se lo coma), pero aun así…..se siente triste…..

El chocolate está sintiéndose últimamente muy deprimido por que siente que no es bueno para nada estando encerrado y si tuviese que seguir estando encerrado, preferiría que su existencia termine. Sin embargo como el chocolate es muy especial, muy tenaz y luchador decidió hablar con el hombre que lo custodia y le dijo lo siguiente:

“Dile a mi dueña, a mi señora que la extraño mucho y que deseo estar en sus manos tiernas, suaves y cálidas. Dile que deseo que me disfrute, que tengo mucho que darle y que la extraño. Me hace mucha falta y entiendo porque me dejó contigo.
Se que no se ha olvidado de mi, asi que por favor recuérdale que me encuentro contigo y espero que se acuerde de mi.

Dile también que en este tiempo te he conocido mucho y que gracias a ti me puedo dirigir a ella. Dile que me has cuidado como si fuese tuyo y que por ello deberá compartirme solo contigo. Dile también que eres un hombre audaz, inteligente, divertido, ocurrente, bromista, que sabe escribir emails, comprensivo, que le fascinan los detalles, que le gusta las sorpresas, que le gusta recibir sorpresas, que sabe apreciar la belleza y lo demuestra, que le gusta el arte, que es trabajador (son ya más de las 10pm), que se preocupa por cuidar su imagen, que sabe lo que quiere y no duda, muy paciente, original, creativo, muy seguro de sí mismo en todo sentido, con cierta elegancia, paternal, protector, engreidor, que disfruta la calidez de su hogar. Dile que eres un hombre formal, respetuoso, caballero, un hombre honesto, demasiado sincero, transparente y decente, tenaz, centrado, que asume sus errores y aprende de ellos, que no fuma. Dile que eres un hombre dispuesto a entregarse (a su debido momento) a su mujer, dile también que eres apasionadamente interesante y enigmáticamente misterioso, un hombre LIBRE que toma sus decisiones, que se sobrepone frente a los problemas que se presentan y sobretodo que los supera.
Dile que eres soñador, amante de la naturaleza, intrépido, aventurero, buen amante, buen amigo, con ganas de seguir viviendo y disfrutando su vida, con muchos proyectos y aspiraciones…
DILE QUE ERES UN LOCO POR ESCRIBIR TODO ESTO SOLO PARA ELLA (jajajaja).

Finalmente dile que es mejor aclarar algunos temas que pueden haber causado confusión entre ustedes dos”.

El hombre le dice al hermoso y sincero chocolate:

“Gracias por tus palabras chocolate, No te preocupes, le daré tu encargo así sea una tarea difícil. Aunque no se si quiera escucharme. De todas formas lo intentaré pase lo que pase, por que lo dices corazón y con mucha pasión…..”

Sonará cojudo, pero definitivamente le gustó el email. La respuesta fue que “su dueña espera que el chocolate sea fuerte y sepa esperar”. Lo redacté en mi trabajo. Ese día me quedé hasta más de las 10 de la noche craneando como decirle las cosas.

Fuimos enamorados por algo más de dos años. Y esta anécdota es una de aquellas que me gusta recordar por que fue la palanca para lo que vino luego. Quería compartirla con ustedes.

Salud!!!.